divendres, 20 d’abril del 2012

Evaluar-contabilizar. El dogmatismo de los extremos


El otro día un chico con una larga trayectoria psiquiátrica y psicológica me contaba que había iniciado un nuevo camino terapéutico. Estaba contento porque se había hablado de lo que le pasaba a él en concreto, no de enfermedad o patologías. Tan simple como esto. 
Los que tenemos contacto con patologías, los que, no siendo profesionales de la medicina lo vivimos de cerca, asistimos con estupefacción a "La guerra de los mundos" de las teorías psicológicas. Y este es el problema: son teorías, no realidades. 
Las personas que conviven, convivimos o estamos cerca del autismo, y más el de alto funcionamiento, lidiamos con la realidad del día a día, del hora a hora, del minuto a minuto. Con la REALIDAD, no con las teorías. Para nosotros, los diferentes terapeutas son eso, terapeutas. Lo que nos interesa es que nuestros familiares mejoren, que nos ayuden y les ayuden a lidiar con SU realidad y las OTRAS realidades. Y poco favor nos hacen las diferencias tan encontradas entre corrientes psicológicas "opuestas", "enemigas"...
Planteo el tema de evaluar o contabilizar. Para ello me he apoyado en este texto de B. H. Lévy (¿sospechoso? pues no).
 // Y, además, quien dice « evaluar » dice « contabilizar », y quien dice « contabilizar » dice, por definición, reducir al ser humano a su dimensión cuantificable, eliminar de él todo lo que tiene que ver con el deseo, la libido, los caprichos, los lapsus y los accidentes del inconsciente, o del alma; en otras palabras, con la vida. Y, queramos o no, eso equivale a transformarlo casi automáticamente en un objeto, en un cero a la izquierda, en un desecho, y al final, según sea mayor o menor la resistencia de cada uno, tal vez, a empujarlo al suicidio. El capitalismo moderno conoció una etapa de taylorismo. Tuvo también una « fase Bentham », el inventor del famoso panóptico y de su sistema de vigilancia permanente y generalizada. Una brillante farsa – de B.-H. Lévy – El Pais 14/02/2010 //
El problema no es contabilizar o evaluar, sino SOLO contabilizar o evaluar. Es necesario e interesante saber y conocer qué, cuántos y cómo, pero esto no debe limitar ni predeterminar la libertad de cada uno. Un determinado diagnóstico es un eje vital, si así lo queremos ver, pero en ningún caso debe NEGAR la diversidad, la identidad y la posibilidad de cada una de las personas como individuo concreto y singular. Un diagnóstico no debe ser una LOSA sobre las personas.

Desde estas premisas, y desde el punto de vista terapéutico, a los pacientes o sus familias poco nos importan las teorías: necesitamos instrumentos, recursos materiales, etc., que sean efectivos. La efectividad depende de muchos factores, pero es evidente que también contabilizar y evaluar adecuadamente puede ser primordial en este sentido.

Ya en el siglo XXI conviene ser humilde con las teorías de cada uno, pues lamentablemente TEORÍA y DOGMA se han confundido ya demasiadas veces: las experiencias del siglo XX debieran haber sido suficientes para enterrar los pensamientos únicos.

Carme Muntané 



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada